¿Vegetación para mejorar la estabilidad en pendientes?
Guillermo Angeles1 y Guadalupe Williams Linera1
Los rasgos de ciertas especies arbóreas serían adecuados para la estabilización de deslaves pequeños pero frecuentes en laderas.
Los bosques de niebla de Veracruz están situados en laderas empinadas y propensas a la erosión, cada vez más afectados por las perturbaciones antropogénicas, la deforestación, el cambio climático y la alternancia de largos periodos de sequía seguidos por lluvias intensas, factores que contribuyen a la degradación del suelo, formación de cárcavas y deslizamientos frecuentes, aunque poco profundos.
Los métodos convencionales de estabilización de laderas, como las losas de cemento, son eficaces pero costosos, disruptivos físicos y visuales del ambiente y no contribuyen a la restauración ecológica a largo plazo.
Bambú para estabilizar deslaves. Crédito: Aurora Angeles
Implicaciones para la estabilización de deslizamientos
Aunque el bambú ha sido ampliamente reconocido como refuerzo del suelo debido a sus densos sistemas radiculares, ciertas especies arbóreas también poseen rasgos estructurales y fisiológicos propicios para la estabilización de taludes. Aunque sigue siendo importante y preferible dar prioridad a las especies nativas, un enfoque basado en los rasgos funcionales puede incluir la selección de especies no nativas en las estrategias de restauración, en particular cuando las opciones nativas pueden verse limitadas por restricciones ecológicas como el crecimiento lento o el estrés hídrico.
Enfoque de la investigación
Este estudio explora el uso estratégico de la vegetación -especialmente de especies arbóreas con rasgos funcionales favorables a la estabilización de laderas- como alternativa basada en la naturaleza.
Aunque en general se prefiere el uso de especies nativas para la restauración ecológica, evaluamos si ciertas especies arbóreas no nativas pueden ofrecer ventajas funcionales bajo restricciones ambientales específicas.
El objetivo del estudio es identificar los rasgos de especies arbóreas modelo que aumenten su eficacia para estabilizar laderas y sirvan como barreras naturales que impidan pequeños deslizamientos recurrentes en este tipo de bosque.
Geocélulas: estructura celular tridimensional, similar a un panal, hecha de fibras naturales para estabilizar taludes. Crédito: Marçal Rodrigues Marçal
Evaluamos especies nativas y no nativas por su potencial contribución a la estabilización de deslaves. Como modelo no nativo nos centramos en un árbol de tamaño pequeño, abundante en bosque perturbado periurbano, pero también con una distribución particular. Esta distribución llamada sinantrópica se refiere a la propagación y a los patrones de especies que viven en estrecha asociación con los humanos, a menudo en entornos modificados como ciudades, zonas agrícolas y alrededor de viviendas.
Algunas de las características que apoyan la propuesta de modelo resaltan que se trata de una especie con una excelente respuesta de rebrote, un buen sistema radicular, una baja tasa de crecimiento relativo en el sotobosque, pero un rápido crecimiento en aberturas del dosel y una alta tolerancia a la sequía.
Cemento en escalera. Crédito: Guillermo Angeles
Mensaje para llevar a casa
En el contexto de la mitigación de deslizamientos de tierra o deslaves a pequeña escala -- no para eventos extremos de grandes proporciones con efectos catastróficos y relativamente infrecuentes como huracanes o incendios --, nuestros hallazgos abogan por moderar la dependencia exclusiva de soluciones estructurales rígidas -como losas de hormigón y mallas metálicas- en favor de estrategias ecológicamente integradas. En concreto, recomendamos probar el uso de vegetación leñosa que presente rasgos funcionales clave: tolerancia a la sequía, sistemas radiculares profundos y estabilizadores, y capacidad de rebrote rápido.
Estos rasgos no sólo mejoran la estabilidad de los taludes, sino que también promueven la resiliencia ecológica a largo plazo. La investigación en colaboración entre la ingeniería geotécnica y las ciencias ecológicas debería guiar la identificación de rasgos y la selección de especies, garantizando que las intervenciones de bioingeniería sean tanto estructuralmente eficaces como ecológicamente sólidas.