Rosa María Arias Mota
Elegir una carrera puede a veces no ser tan sencillo y más aún, cuando decides cambiarla en el último momento. Descubre en el #ReflejoDeLaCiencia de Rosa María cómo cambió a la medicina por los hongos:
“Viví toda mi infancia en el #campo, por lo que tuve la fortuna de crecer en contacto con la #naturaleza, escuchar las #aves, trepar #árboles y sentir la calidez de la tierra. Por su puesto, además de los animales silvestres, no faltaron los perros, gatos, gallinas, conejos, cerdos, cabras, vacas, etc. Me gustaba cuidar a las #ardillas que me llevaban mis gatos -aunque me daban tremendas mordidas-, pero he de confesar que no duraban mucho”. “En la primaria, me gustaban todas las materias, pero #ciencias naturales sin duda era mi favorita. Recuerdo que al iniciar el ciclo escolar, cuando me entregaban los libros de texto, revisaba hoja por hoja el libro de esta materia. Durante la secundaria, los maestros veían que me interesaban las materias relacionadas a las ciencias y continuamente me pedían que hiciera exposiciones y, la verdad, me gustaba mucho. Para el bachillerato, estudié la carrera técnica en #Enfermería en un #CBTIs, por lo que ya me inclinaba por las ciencias de la vida. En ese entonces pensaba que podía estudiar #Medicina, pero un suceso marcó mi vida, dándome la oportunidad de saber que ese no era mi camino. Resulta que para el bachillerato debía realizar un servicio social y elegí la #CruzRoja de mi pueblo, allí me asignaron el cuidado de algunos pacientes. Para mi infortunio uno de ellos falleció, ya se imaginarán mi impacto; entendí la responsabilidad que conlleva la carrera de medicina y decidí que no quería ser médico. A partir de ahí, me orienté a estudiar a las #plantas. Mi pensamiento era “no quiero que se me mueran los pacientes ni animales, prefiero estudiar las enfermedades de las plantas”.
“Así que apliqué a la #Licenciatura en #Biología en la capital del Estado de #Tamaulipas, ¡sí, soy #norteña de nacimiento, pero #xalapeña de corazón!. Desde los primeros semestres colaboré en el #herbario de #hongos y descubrí que quería ser #micóloga o especialista en el estudio de los hongos. Tuve excelentes maestros de Biología y Micología que hicieron que me fascinara la ciencia y a partir de ahí, tomé la decisión de seguir en el camino de la #investigación y dedicarme a ser #científica”.
“La investigación me ha dado la oportunidad de viajar a distintos países para presentar algunos proyectos en #congresos y, por supuesto, conocer otras culturas. Una de mis mejores experiencias fue estudiar la especialidad y algunos cursos del posgrado en #Granada#España. Fue increíble convivir con estudiantes de otros países con quienes inicié lindas amistades, muchos de ellos ahora son mis colegas y seguimos colaborando y visitándonos cuando se puede; afortunadamente ahora con las redes sociales estamos muy cerca”.
“Mis temas de investigación son sobre la diversidad y el uso de los hongos #microscópicos que habitan en el #suelo y en los restos de las plantas. Recientemente, montamos unos experimentos para analizar el uso potencial de estos hongos como #fertilizantes naturales para los #cultivos, principalmente para los #cafetales en los que llevo varios años trabajando”.
Y cuando no hago ciencia, ¿a qué me dedico? Pues nunca dejo de hablar y planificar ensayos y trabajos, pues mi esposo también es biólogo y apasionado de la ciencia, además tenemos una hija (pequeña científica) que nos apoya en las #charlas y nos acompaña a los congresos. Me encanta contemplar un cielo estrellado, disfruto ver los amaneceres y atardeceres, me gusta cocinar y cuidar de mis plantas… ¡Tengo muchas! Mi hija me dice que soy “la señora de las plantas”, amo las orquídeas y las suculentas.