Recubrimientos a base de quitosano una opción para el mango Manila en Veracruz 

Andrea Bárbara Birke Biewendt 

El mango Manila ha sido por décadas el cultivar más importante y apreciado en México. Su alto contenido de azúcares, excelente textura, jugosidad, y su nulo contenido de trementina y de fibras lo ubica como uno de los mangos preferidos por los consumidores.

Veracruz, a mucho orgullo, es el principal proveedor de mango Manila en fresco, aportando el 85% de la producción nacional. Lamentablemente, por ser un fruto altamente perecedero, no participa entre los mangos de exportación, y por su fragilidad poco compite, inclusive, con otros mangos en el mercado nacional. Su delicadeza, se debe entre otros, a que tiene cáscara delgada, lo que facilita que pierda rápidamente agua y firmeza después de la cosecha. Además, es muy susceptible a plagas y enfermedades, que provocan el característico manchado, poco deseable al momento de su venta. Por otra parte, tampoco es candidato a la mayoría de los tratamientos cuarentenarios que son obligatorios para la exportación; no resiste el tratamiento hidrotérmico, ni la presurización, y con reserva es candidato a la irradiación. 

La poca oportunidad que tiene el mango Manila para colocarse en mercados más lucrativos, parecen reflejarse en las cifras de producción actuales, en particular para el Estado de Veracruz. A nivel nacional, la superficie de mango ‘Manila’ se redujo, de acuerdo a los registros del SIAP, en un 20% de 2002 a la fecha, pero para Veracruz, la entidad productora de mango Manila por excelencia, las pérdidas se estiman en 30%, y el rendimiento medio ha bajado en casi un 50% en los principales municipios productores, lo que refleja el desinterés de los productores en esta variedad o la falta de poder adquisitivo para invertir en el manejo de las huertas. 

Es urgente por ello considerar alternativas que permitan que el mango Manila acceda a mejores mercados. Los recubrimientos comestibles, tales como las ceras, mucílagos, almidones modificados, celulosa y el quitosano son una buena opción, ya que han mostrado incrementar la vida en anaquel, y además reducen el daño tan indeseable por hongos fitopatógenos e insectos. 

En particular los recubrimientos a base quitosano sugieren ser una alternativa ideal para el mango Manila en Veracruz, puesto que además de reducir la senescencia, incrementar la firmeza de la cáscara, reducir la pérdida de agua, tienen propiedades antifúngicas y antibacterianas e incluso inhiben el desarrollo de larvas de moscas de la fruta. Además, para el Estado de Veracruz el suministro está garantizado, dado a que la fuente principal se obtiene del exoesqueleto de los crustáceos (cabeza y cola de camarones), que son desperdicio de la industria camaronera.