Expectativas del maíz nativo en tiempos de COVID

Rosa María González Amaro y Carlos Isaías Flores Romero

Artículo publicado en el Portal Comunicación Veracruzana el día 25 de enero 2022

La pandemia por COVID ha mostrado la vulnerabilidad de la sociedad en diferentes aspectos, uno de ellos es la producción de alimentos. El desabasto de alimentos básicos en comunidades rurales de México, motivó la necesidad de sembrar maíz nativo y generar expectativas de mantener el cultivo, con mayor superficie de siembra y venta local del grano.

La producción del maíz en milpa, el consumo de productos de maíz nixtamalizado y circuitos cortos de comercialización son estrategias encaminadas a conseguirlo.

Palabras clave: Milpa, maíz nixtamalizado y circuitos cortos.

 

En México, el cultivo de maíz es una de las principales actividades económicas del sector rural en cuanto a la extensión de siembra, generación de empleo familiar y suministro de alimentos. El total de la superficie de cultivos anuales del país - corresponde a 18 millones de hectáreas (Statista, 2021), y el 95 % se dedica a la producción de granos (maíz, sorgo, trigo, frijol, cebada, soya y arroz), de estos, el maíz ocupa la mayor superficie con alrededor de 8 millones de hectáreas (SIAP,2021). 

La trascendencia del maíz en México también se debe a que es el lugar de origen y diversificación de sus variedades y formas de consumo. De acuerdo con la Encuesta Nacional Agropecuaria 2019 del INEGI, 82 % de las unidades de producción agrícola utiliza semillas nativas y el resto siembra semillas mejoradas y/o certificadas. Se han reportado más de 600 formas de consumo del maíz, siendo la tortilla la principal forma, con 75 kg de maíz blanco promedio per cápita al año.

La producción nacional del maíz en grano durante la pandemia aumento, pese a la difícil situación, pero es insuficiente. En el año 2020 se produjeron alrededor de 27.5 millones de toneladas, tanto de temporal como de riego, de las cuales, Veracruz, Chiapas, Zacatecas, Tamaulipas, Jalisco y Sinaloa representaron el 41 % (SIAP, 2020).  El 75.4 % de la producción se destina al autoconsumo, para alimentar al ganado, consumo en el hogar y obtención de semilla. No obstante, la importación de maíz aumentó en 63% en el primer trimestre del 2021. En México el consumo es alrededor de 44 millones de toneladas, de las cuales el 61 % correspondió a producción nacional y el resto se importó, es decir que existe una dependencia alimentaria del 39% de las importaciones (CAADES, 2021). 

La superficie de siembra de maíz durante la contingencia, incremento 338 mil hectáreas en 2020 con respecto al 2019, sin embargo, del 2020 al 2021 se sembraron 170 mil hectáreas menos. Las condiciones monetarias de los productores en el primer año de pandemia sobrellevaron la situación y continuaron con una buena producción, cimentada en el impulso económico que traían del año anterior, pero en 2021 (segundo año de pandemia) vino la descompensación y no se alcanzó la superficie de siembra del 2020 (7 millones, 482 mil hectáreas), aunque sigue siendo mayor a la del 2019 (7 millones143,101.78 hectáreas). 

En las comunidades del centro de Veracruz (municipios Coacoatzintla, Emiliano Zapata y Coatepec) la población en general percibió un desabasto del grano durante el 2020, a consecuencia de las medidas de sanidad que retrasaron la distribución de alimentos en general. De tal forma, que se abrió la oportunidad de venta del maíz criollo en la comunidad a un mejor precio (de $8.00 a $10.00/kg), y con una alta demanda. Esta circunstancia favoreció a los pequeños productores con la venta del excedente de maíz y motivó la decisión de muchos de ellos a sembrar mayor superficie con maíz nativo para tener mejor capacidad de respuesta a la crisis que se vive. 

Las vivencias en los tiempos difíciles de pandemia invitan a reflexionar en el sistema alimentario y se crean expectativas de mejorar los medios de producción y abasto de alimentos básicos.  Es tiempo de retomar al maíz no sólo como ingrediente base de la cocina mexicana, sino como el eje organizador de la reproducción familiar. En el ciclo del cultivo del maíz se producen y reproducen las diversas prácticas culturales, como el idioma, la religión, la vida familiar o la subsistencia material (Martín-Castillo 2016; Rodríguez et al. 2016).

Un 30 % de la superficie de maíz y frijol se cultiva bajo el sistema milpa y el resto bajo el sistema de monocultivo (ENA, 2019). La milpa es el sistema de producción tradicional del maíz, que implica el manejo de otros cultivos de forma simultánea a lo largo del ciclo. La milpa incluye el manejo de hasta 40 cultivos agrupados por especies y variedades criollas, que en algunas comunidades está integrada por cuatro cultivos esenciales para la alimentación: una gramínea (el maíz), una leguminosa (el frijol), una cucurbitácea (la calabaza) y un cultivo de raíz (camote) (Lara et al. 2012). Además, el desarrollo de la milpa involucra principios ecológicos que promueven una producción sustentable, como la diversidad especies, el uso eficiente de luz y el agua, el aprovechamiento de los nutrientes del suelo, interacciones simbióticas entre plantas, manejo de arvenses, perpetuar la evolución de las especies y proveer alimentos nutritivos a lo largo del ciclo agrícola. 

Si bien una de las expectativas del maíz en tiempos de COVID es ampliar el área de siembra, la producción en milpa es una de las estrategias más viables para asegurar el suministro de alimentos variados y nutritivos. Por fortuna el nuevo gobierno ya tiene como objetivo el rescate del campo mexicano a través del programa Sembrando Vida con la implementación del Milpa Intercalada con Árboles Frutales (MIAF), tendencia que poco a poco va tomando más fuerza en las familias campesinas. 

Existen otras estrategias que contribuyen de manera directa a la conservación del maíz nativo, como la demanda de los productos de maíz nixtamalizado. El consumo de alimentos hechos de masa de maíz como: tortillas hechas a mano, tamales, tostadas, tlacoyos, atoles, etc., se requieren frescos y hechos en casa, por lo tanto, crean demanda de maíces locales que son transformados por procesos no industrializados. El retorno y crecimiento de comaleras (negocios locales de tortillas hechas a mano que con el pasar del tiempo se había estado perdiendo) y la venta de este tipo de productos de casa en casa, son opción de abastecimiento de alimentos sanos y cercanos.

Por otra parte, la apertura de venta de maíz criollo en la comunidad, a un mejor precio durante la pandemia, deja ver la capacidad de funcionamiento de los circuitos cortos de comercialización y la oportunidad que representa lo mercados locales, para la activación de la economía rural y mantener inclusive incrementar la producción del maíz. Entonces, la estrategia es fortalecer los medios de venta local de los productos de la milpa, sin intermediaros y sin transportación de largas distancias. 

 

Referencias

  • SIAP. 2021. Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera. Sitio web: https://nube.siap.gob.mx/avance_agricola/ 12 Enero 2022. 
  • Statista. 2021. Statista Research Department.Sitio web:  en https://es.statista.com/temas/7029/el-sector-agricola-en-mexico/#dossierKeyfigures 12 Enero 2022.
  • ENA. (2019). Encuesta Nacional Agropecuaria. Noviembre, 2019, de INEGI. Sitio web: https://www.inegi.org.mx/programas/ena/2019/ 12 Enero 2022.
  • CAADES. 2020. Confederación de Asociaciones Agrícolas del Estado de Sinaloa .Sitio web:  http://www.caades.org.mx/ 12 Enero 2022.
  • Martín-Castillo M. (2016). Milpa y capitalismo: opciones para los campesinos mayas yucatecos contemporáneos. LiminaR 14(2):101-114.
  • Rodríguez CA, González MP, Flores TJ, Nava MR, Dzib ALA, Pérez PJR., Thüerbeck N, y González IJA. 2016. Milpas de las comunidades mayas y dinámica de uso del suelo en la Península de Yucatán. Centro Regional Universitario Península de Yucatán de la Universidad Autónoma Chapingo. Mérida Yucatán. 436 pp. Recuperado de https://pdf.usaid.gov/pdf_docs/PA00MW9J.pdf
  • Lara PE, Caso BL, y Aliphat FM. (2012). El sistema milpa roza, tumba y quema de los Maya Itzá de San Andrés y San José, Petén Guatemala. Ra Ximhai. 8(2):71-92.