El rango de su distribución también varía, desde especies con una distribución limitada hasta aquellas con una distribución continental. Por ejemplo, en México, donde viven 57 especies, Campylopterus curvipennis (Fig. 2) tiene un rango de distribución amplio, en la Sierra Madre Oriental, y otras con una distribución geográfica muy restringida, como Eupherusa cyanophrys en la Sierra de Manantlán (Oaxaca), Doricha eliza en el centro de Veracruz y costa norte de Yucatán (Fig. 1), Campylopterus excellens en la Sierra de los Tuxtlas (Veracruz), y Lophornis brachylophus, redescubierta hace 30 años, en la Sierra de Atoyac (Guerrero). Algunas tienen rangos de distribución aún más pequeños en otros países y en muchos casos, independientemente de su distribución, no se sabe ni de que especies de plantas obtienen su alimento. En los alrededores de Xalapa, hemos estudiado las interacciones entre 10 especies de plantas y 12 especies de colibríes, donde las flores dependen de los colibríes para su polinización y reproducción y los colibríes de estas para alimentarse del néctar que les ofrecen. Generamos una matriz usando la frecuencia de sus interacciones para construir una red de interacciones planta-polinizador (Fig. 3). El análisis de esta red indica que se trata de una red compuesta por especies generalistas interactuando con especies generalistas y especialistas, y especies especialistas con especies más generalistas con niveles de especialización intermedios. EL análisis de este tipo de redes (interacciones planta-polinizador) nos ayuda a entender qué tan especializados son los colibríes al alimentarse de ciertas especies de plantas a nivel local, y a probar escenarios sobre su resistencia a las perturbaciones de la comunidad vegetal o a la extinción local de alguna de ellas.

En 2013, formamos una red de colaboración de 30 investigadores de varios países bajo el liderazgo de investigadores del Center for Macroecology, Evolution and Climate, Natural History Museum of Denmark, University of Copenhagen (la mafia danesa), para compartir datos de interacciones entre colibríes y sus flores. Con una base de datos compuesta por 74 estudios locales y más del 47% del total de especies de colibríes, iniciamos un proyecto de largo aliento para explorar patrones continentales en redes de interacciones mutualistas. A la fecha sabemos que, en México, (a) un conjunto de redes locales (meta-red) al combinarlas forman módulos, con colibríes y plantas interactuando preferentemente con sub-sets de especies que difieren en rasgos morfológicos y biogeográficos y donde las especies migratorias afectan la topología de la meta-red, y a nivel continental que (b) las redes de plantas-colibríes son más especializadas que las redes entre otros grupos de aves y plantas, seguramente por la mayor especialización fenotípica y diversidad de recursos florales en el Continente Americano, (c) la riqueza de especies de las comunidades está asociada con los niveles altos de especialización y topología de las redes, donde comunidades de especies de colibríes cercanamente emparentadas visitan sets distintos de plantas, es decir, mayor competencia inter-específica por el recurso floral entre especies de colibríes cercanamente emparentados, y (d) que la diversidad funcional entre colibríes (por ejemplo, muchas formas y tamaños de picos) es más importante que la diversidad funcional de sus recursos (formas y tamaños de las flores) en la estructuración de las redes y, por lo tanto, la diversidad funcional de los consumidores es más importante que la diversidad funcional de los recursos en la estructuración de las redes. Por ello, es más probable que cambios en la diversidad funcional de los polinizadores alteren la estructura de las redes y sus funciones en los ecosistemas.

 

 

En otro de estos estudios, a través de un análisis complejo de las redes, determinamos el nivel de especialización a escala continental, en 46 comunidades de colibríes desde México hasta el sur de Brasil, cuyos resultados fueron publicados en los Proceedings of the Royal Society B (Sonne et al. 2016, 283: 20152512). Nuestro estudio permite comprender a nivel evolutivo de cómo y donde la especialización de estas comunidades puede ocurrir. Mapeando la especialización en las comunidades de colibríes a lo largo del continente, revelamos un patrón ecológico a gran escala raramente descrito: entre mayor es la especialización de las comunidades de colibríes por las plantas de donde obtienen el néctar, mayor es el número de especies de colibríes con rangos de distribución pequeños. La explicación más apoyada a este patrón fue que la estabilidad climática por un largo periodo de tiempo es la causa de los rangos de distribución pequeños y especialización alta, y ello nos ayuda a entender la biodiversidad a gran escala. Con este estudio, demostramos que factores ambientales, tales como el clima, no solo se asocian con los rangos de distribución de las especies, sino también con la especialización local entre colibríes y sus flores, y nos da luz de cómo los procesos ecológicos y evolutivos juntos estructuran a las comunidades biológicas en el sentido amplio. Los resultados también indican que las agregaciones de especies con rangos de distribución pequeños son más vulnerables de lo que se había pensado a los cambios ambientales. Especies con rangos de distribución geográfica pequeños son más sensibles o vulnerables de manera natural a los cambios ambientales, y si la misma comunidad de especies es altamente especializada a forrajear en pocos de los recursos alimentarios, estos serán menos capaces o tardarán más para adaptarse a un ambiente que cambia en forma acelerada. Es decir, entre más pequeño es el rango de su distribución, más exigente será el colibrí sobre los recursos que consume, y aunado a este hallazgo, estos serían más vulnerables por las amenazas que enfrentan por destrucción de hábitat o cambio climático y por disrupciones en su dieta especializada que especies de colibríes con preferencias más generalistas.