Presentan un sistema excretor de tipo protonefridial y un sistema nervioso ganglionar. El cuerpo está dividido en dos segmentos: parte anterior (presoma) y posterior (metasoma). El presoma está constituido por la probóscide, el cuello, receptáculo de la probóscide y los leminiscos (Figura 2a). El metasoma o tronco se caracteriza por estar lleno de líquido en el cual se localizan los órganos reproductores masculinos y femeninos.

Los acantocéfalos presentan reproducción dioica; los machos se caracterizan por presentar un par de testículos los cuales se conectan a diferentes conductos que desembocan en el pene, adicionalmente suelen presentar órganos accesorios como las glándulas de cemento, bolsa copulatriz y de Saefftingen. Todas estos órganos tienen funciones importantes en la reproducción, por ejemplo, con las glándulas de cemento, los machos sellan la vagina de la hembra después de la copula, probablemente como una estrategia para asegurar su descendencia. Por otro lado, en las hembras, el ovario está fragmentado en pequeñas “masas” en etapas tempranas del desarrollo, las cuales flotan libremente en un saco de ligamento que se conecta a una estructura llamada campana uterina. La función de la campana uterina es regular el paso de huevos maduros al útero, vagina y posteriormente a una estructura llamada poro genital.

 

Este grupo de parásitos presentan ciclos de vida complejos e indirectos, siempre utilizan una especie de artrópodo como hospedero intermediario y se utiliza la relación depredador-presa entre sus hospederos para poder completar sus ciclos de vida. La Figura 2b muestra el ciclo de vida de estos organismos, los adultos maduran sexualmente en el intestino de vertebrados, los huevos fecundados en el útero son eliminados por las heces de sus hospederos los cuales contienen una larva (acantor) la cual se desarrolla en una forma infectiva (acantela) en un hospedero intermediario (artrópodo). En este artrópodo, la acantela se transforma en cistacanto, una fase infectiva que puede llegar al hospedero definitivo o a un hospedero paraténico (Figura 2b).

El phylum Acanthocephala está dividido en 4 clases: Archiacanthocephala, Eoacanthocephala, Palaeacanthocephala y Polyacanthocephala. Datos genómicos recientes indican que Acanthocephala (organismos parásitos) están relacionados con Rotifera (organismos de vida libre) en un grupo denominado Syndermata. Estos datos sugieren que los primeros acantocéfalos probablemente vivieron como ectoparásitos de artrópodos, antes de sus complejos ciclos de vida con artrópodos como hospederos intermediarios y su posterior evolución hacia vertebrados como hospederos definitivos. La biodiversidad de acantocéfalos estimada a nivel mundial es de aproximadamente 1289 especies, agrupadas en 24 familias y 153 géneros. En México, la riqueza de especies de acantocéfalos asociados a vertebrados silvestres asciende aproximadamente a 60 especies. Esto indica que en México solo se tiene el 5% de la diversidad conocida a nivel mundial. El conocimiento de este grupo de parásitos es limitado, si se considera que de las 5488 especies de vertebrados registrados para el país, el 95% no se ha registrado como hospederos de especies de acantocéfalos.

 

 

Figura 1. a) Hyalella azteca con cistacanto de Pseudocorynosoma constrictum, b) Hyalella azteca con acantela de Pseudocorynosoma constrictum, c) probóscide y tronco de Pseudocorynosoma tepehuanesi d) probóscide de Pseudocorynosoma constrictum. Fotos: Martín García, Ana Sereno y Carlos Pinacho.

Figura 2. a) Características morfológicas de Neoechinorhynchus brentnickoli, un acantocéfalo de peces mexicanos, b) ciclo de vida de un acantocéfalo. Fotos: Carlos Pinacho.

Figura 3. Diferentes tipos de probóscide de acantocéfalos. a) Caballerorhynchus lamothei, b) Dollfusentis bravoae, c) Polymorphus sp., d) Neoechinorhynchus cylindratus, e) Ibirhynchus dimorpha, f) Corynosoma hannae. Fotos: Martín García y Jesús Hernández.