A pesar de este panorama, existen parajes donde la fauna silvestre ha encontrado refugio y donde persiste a pesar de la fuerte presión que las poblaciones humanas ejercen sobre su hábitat. Un ejemplo de esto es el paisaje modificado del centro del estado de Veracruz el cual está constituido de relictos o fragmentos de bosque tropical seco (también llamado selva seca) mezclados con cultivos, potreros, zonas con población humana, ríos y otros tipos de vegetación.

Históricamente el uso del suelo en esta región del estado, ha sido para producción ganadera y agropecuaria, como el cultivo de caña y mango, por lo cual el bosque tropical seco, que era la vegetación original, se concentra en áreas privadas, a lo largo de las cañadas o en parches que están rodeados de pastizales o cultivos. Empleando diferentes técnicas entre las que destaca el uso de “cámaras-trampa”, se ha obtenido información de las diferentes especies que habitan en esta región.

No obstante, las características del sitio y la presencia de fauna domésticas como vacas y perros que pueden generar un efecto negativo en la fauna silvestre, se han identificado especies que están en la Norma Oficial Mexicana NOM-059-2010 en la categoría de amenazadas, como la onza o jaguarundi (Herpailurus yagouaroundi) y el grisón (Galictis vittata). Especies en peligro de extinción como el tigrillo o margay (Leopardus wiedii) y el oso hormiguero o brazo fuerte (Tamandua mexicana). El grisón es considerado uno de los carnívoros más raros en Veracruz, los felinos como el jaguarundi y el tigrillo, son especies perseguidas por su piel, como mascotas o en represalia por cazar animales de traspatio como gallinas. El oso hormiguero era relativamente común pero la pérdida de hábitat y la cacería han sido causa de su desaparición en muchos lugares.

Otras especies que se han registrado son el armadillo o toche (Dasypus novemcinctus), perseguido por su carne al igual que el venado cola blanca (Odocoileus virginianus); este último también es muy apreciado en la región por su valor cinegético. Hay especies de las que se han obtenido más registros en comparación con las mencionadas anteriormente, como la zorrita gris (Urocyon cinereoargenteus) y el coyote (Canis latrans), las cuales son conocidas por poder adaptarse a ciertos cambios en su hábitat.

En México se deforestan alrededor de 300 mil hectáreas de bosque tropical seco por año, esto ha generado el deterioro de estos ecosistemas, siendo los mamíferos uno de los primeros grupos faunísticos en sufrir las consecuencias. En este sentido, la riqueza y diversidad de mamíferos que se mantienen en el centro del estado de Veracruz, dan muestra de la importancia de conservar estos ecosistemas en el estado. Sin embargo, la información sobre la fauna es limitada y la protección de su hábitat no es suficiente, prueba de ello son los constantes cambios de uso de suelo a causa de la ganadería extensiva, la producción de caña de azúcar, de cítricos, entre otros cultivos, de la industria energética y la reciente amenaza de la instauración de minerías a cielo abierto en la región.

Por todo esto, es importante que comencemos a tomar mayor interés en preservar los entornos naturales con los que convivimos y la biodiversidad que en ella habita, con el fin de poder generar un equilibrio entre la conservación de éstos y el desarrollo de las comunidades humanas.

*Los autores forman parte de la Red de Biología y Conservación de Vertebrados, Instituto de Ecología A. C.

 

Fig. 1. El grisón es un mustélido poco común en la región. 

Fig. 2. Venado cola blanca macho con pequeñas protuberancias en la cabeza, las cuales son astas formándose.

Fig. 3. El coyote es una de las especies que mejor ha sabido adaptarse a los cambios en su hábitat.

Fig. 4. Paisaje de un bosque tropical seco en la temporada de lluvias, rodeado de cultivos y asentamientos humanos.