El fandango es una de las expresiones culturales más arraigadas y populares en los pueblos indígenas y mestizos del sur de Veracruz, es tal vez para el observador neófito del exterior, el espíritu del ser jarocho. El fandango es una fiesta en la que sus elementos se repiten casi invariablemente: instrumentos de cuerda que tocan los sones tradicionales de la región; voces de los versadores que cantan cuartetas, sextetas, quintetas, décimas y seguidillas; y la tarima que es donde se percute con los pies. En el estado de Veracruz, hablar del fandango veracruzano es referirse a la fiesta de tarima (o sinónimo de huapango del Sotavento Veracruzano del sur del Estado de Veracruz incluyendo algo del territorio de Tabasco y Oaxaca). El contexto que rodea a dicha fiesta se basa no solamente en el baile y la música, sino que a través de la versada y los sones, se comunican una gran cantidad de representaciones cosmogónicas que intentan explicar de una u otra manera el origen del universo y de la vida. Los versos en el son jarocho tienen la función de comunicar y socializar hechos que se vivieron en las comunidades, y que mediante el fandango, son conmemorados en cada fiesta. Al iniciar un fandango el tono de la música lo pone quienes llegan primero, posteriormente, los músicos que van llegando afinan sus instrumentos al tono de los que están tocando. Por lo regular el tono se pone tomando en cuenta al cantador de ese momento, si alguien propone cambio de tono tiene que ser por consenso de todos los músicos. El cambiar de tono por otro grupo, es una falta de respeto a los músicos presentes y si el fandango ya empezó y llegan otros cantadores, los recién llegados saludan y piden permiso para cantar, así demuestran humildad y respeto a los presentes:

Si permiso me darán

de cantar dos o tres sones, 

y si no llego a entonar

quiero me perdonen,

que ya a medio cantar

el pecho se me compone.

Con permiso valedores

tengan la bondad de oírme 

no vengo buscando honores

solo vengo a divertirme

en este jardín de flores.

Dentro de los cientos de especies de colibríes que habitan a lo largo del continente americano, existe un pequeño grupo al que se le ha denominado comúnmente como fandangueros. Rafael Montes de Oca, naturalista entregado al estudio de las aves, publicó en la revista La Naturaleza, entre 1874 y 1875, una serie de trabajos sobre historia natural y sistemática de los colibríes o chupamirtos de México, ilustrados con las láminas que dibujó con el asesoramiento del pintor José María Velasco. En su ensayo ornitológico de la familia Trochilidae (colibríes) de México, Montes de Oca se refirió a Campylopterus [pampa] curvipennis como el chupamirto fandanguero. Esta fue quizás la primer referencia escrita sobre el nombre común de estos colibríes y su relación con el fandango veracruzano:

Los cazadores de la Villa de Coatepec dan a este chupamirto el nombre mencionado arriba primero, por tener la particularidad de ser sumamente músico, pues por las mañanas el macho no cesa de cantar, y aunque su tono es corto y monótono, es bastante agradable, porque realmente parece la  música de un fandango campestre. Es el único de su especie que tiene un canto conocido, ó al menos el único que el que suscribe haya oído. Su canto es su denunciante, pues si no fuera por él, seria muy difícil cazarlo, porque solo habita los bosques en sus cañadas cerradas con cierta clase de arbustos, que se llaman vulgarmente azaharitos, y durante el invierno que es el tiempo en que dichos arbustos florecen y por lo regular están tan copados de hojas, que éstas impiden poderlos ver con facilidad. También se encuentran estos chupamirtos en las inmediaciones de Orizaba y Córdoba, y según la opinión de algunos naturalistas, Guatemala es su  localidad; siendo muy probable que sea así, porque en verano, tiempo de la  nidificación, son raros los ejemplares que se hallan por aquí.

Durante los últimos 10 años, hemos estado estudiando los cantos, conducta y genética de estos colibríes fandangueros. El fandanguero cola cuña, Campylopterus curvipennis, es un colibrí cuyos machos y hembras son del mismo color, pero los machos son más grandes. Se distribuye comúnmente entre los límites del bosque de niebla y las selvas tropicales, desde Tamaulipas hasta Oaxaca, en la región de Los Tuxtlas y en la Península de Yucatán. Estos colibríes son interesantes porque de las 330 especies de colibríes conocidas, son una de las pocas especies que se sabe que forman “leks” (forma corta del sueco lekstálle, de un lugar para aparearse), un lugar tradicional donde los machos forman asambleas de cantos durante la época reproductiva (de enero a junio) y realizan despliegues competitivos para atraer a las hembras. Los machos atienden estas arenas por varios meses, son fieles a los lugares donde estos leks se establecen (los leks perduran por varios años en el mismo sitio), e invierten varias horas al día durante la época reproductiva y mucha energía cantando. Los leks están formados por 3 a 50 machos aproximadamente, en donde perchados en ramas escondidas en la vegetación defienden sus territorios individuales dentro de una pequeña área. Durante los despliegues, los machos típicamente se encuentran perchados en ramas expuestas dentro de sus territorios emitiendo una sílaba introductoria característica de cada lek y generalmente cuando una hembra aparece, emiten frente a ellas, uno de los cantos más complejos entre los colibríes e incluso entre las aves canoras. Los cantos en los colibríes son aprendidos al igual que en los pericos y en las aves canoras, y en esta especie los cantos son fuertes y agudos (con una frecuencia mayor a 8 kHz), y están compuestos por más de 45 sílabas con una estructura acústica variable y elaborada (favor de escuchar algunos ejemplos en los audios disponibles en las ligas al final de este texto); en el repertorio vocal de los leks estudiados hemos documentado la existencia de mas de 250 sílabas diferentes. A lo largo de los años, hemos descubierto que no solo los cantos de los machos difieren entre leks sino que también lo son entre grupos de machos dentro de un lek, formando vecindarios vocales. ¿Porqué se molestan estos colibríes en producir señales acústicas tan complejas? ¿Cuál es la función de estas juergas? ¿Es el sexo lo que ha generado lo bizarro de sus señales? ¿Qué están comunicando? Estas son algunas de las preguntas que han guiado nuestra investigación.

La divergencia en señales acústicas es importante porque se pueden generar diferencias entre poblaciones en periodos de tiempo relativamente cortos a través del aprendizaje y la evolución cultural. Esta divergencia de señales acústicas o dialectos a lo largo de la geografía puede facilitar el aislamiento reproductivo (si las hembras prefieren los cantos de los machos de su región sobre los extranjeros), y si esto ocurre, se podría reducir la dispersión entre miembros de los diferentes dialectos, afectando el éxito en la búsqueda y obtención de parejas y/o el acceso a los grupos sociales.

En nuestra investigación, publicada recientemente en  PLoS ONE

(http://www.plosone.org/article/info%3Adoi%2F10.1371%2Fjournal.pone.0109241), exploramos las hipótesis propuestas en la literatura para explicar el significado evolutivo de la variación geográfica de los cantos de estos fandangueros. Utilizando medidas espectrográficas de los cantos y datos de ADN, investigamos si existía una relación entre la variación en los cantos y la variación genética entre machos dentro de leks a lo largo de su distribución en la Sierra Madre Oriental, es decir, si los machos con distintos cantos son distintos genéticamente. Encontramos que los machos de cada lek tiene un ensamble de sílabas diferentes, pero no encontramos una relación entre la variación genética y la acústica, lo cual significa que los dialectos no impiden el movimiento de individuos entre leks. Sin embargo, encontramos una relación entre la distancia geográfica y el número de sílabas compartidas, lo cual significa que mientras más cercanos estén los machos entre sí, cantan más parecido, ya que aparentemente aprenden los cantos unos de otros. Esta fuerte estructura acústica entre leks sugiere que la evolución del canto tan elaborado que tienen, ha sido resultado de una combinación de procesos probablemente asociados al aprendizaje fuera de sus sitios natales, aislamiento por distancia y factores sociales asociados a las interacciones entre machos. Nuestros resultados indican que la gran variación acústica en los cantos de estos fandangueros es probable que sea resultado de un proceso de evolución cultural (no reflejada en los genes), y la fuerte estructuración acústica sea resultado de la selección social, es decir, solo los machos que cantan de cierta forma son aceptados en los leks.

 

Lecturas recomendadas

  • Gottfried J (2009) El Fandango Veracruzano: performance escénico y festivo. XXVIII Congreso Internacional de la Asociación de Estudios Latinoamericanos, Rio de Janeiro, Brasil.
  • Moreno Nájera A (2009) La función del son en la región de Los Tuxtlas.

      http://observatorioculturalveracruz.blogspot.mx/2009_07_01_archive.html

  • González C, Ornelas JF (2011) Selection and geographic isolation influence hummingbird speciation: genetic, acoustic and morphological divergence in the wedge-tailed sabrewing (Campylopterus curvipennis). BMC Evolutionary Biology 11: 38 doi:10.1186/1471-2148-11-38

      http://www.biomedcentral.com/1471-2148/11/38

  • González C, Ornelas JF (2014) Acoustic divergence with gene flow in a lekking hummingbird with complex songs. PLoS ONE 9: e109241

      http://www.plosone.org/article/info%3Adoi%2F10.1371%2Fjournal.pone.0109241

 

Audios

http://www.plosone.org/article/info%3Adoi%2F10.1371%2Fjournal.pone.0109241#s5

  

Créditos fotos: Carlos Soberanes y Luis Mendoza.