El país se involucró desde muy temprano en las negociaciones de la ´ley del mar´ en las reuniones regionales de Montevideo, Lima y Santo Domingo durante el inicio de la década de los años 70´s, las cuales estuvieron altamente influenciadas por la filosofía de la “ley natural” originalmente planteado por Chile, Ecuador y Perú en 1952. Fue en aquellas reuniones diplomáticas cuando se presentaron los primeros antecedentes que crearon el concepto de Zona Económica Exclusiva (ZEE) derivando pronto en el formato legal bajo el nombre inicial de Mar Patrimonial. Desde entonces, México ha sido destacado negociador para La Tercera Convención de las Naciones Unidas sobre la Ley del Mar (UNCLOS III, sigla en inglés) de 1982.

En 1986, México promulga su Ley Federal del Mar, siendo el primero y más comprensivo documento legislativo nunca antes formulado en México, sobre la historia jurídica en materia de sus mares y océanos. Este estatuto estableció el régimen legal que gobierna cada una de las regiones sobre las que México ejerce control soberano para cada una de las zonas marítimas que rodean su geografía continental, denominando las aguas interiores, el mar territorial, las zonas contiguas, la zona económica exclusiva, y la plataforma continental.

Desde centurias atrás, las grandes países industrializados y económicamente desarrollados, han convivido y utilizado el mar y sus recursos, dentro de sus estrategias de supervivencia y manteniendo su nivel de superpotencias. Esto ha sido siempre observado por los países en vías de desarrollo y, por ello, las economías emergentes defienden su posición de fortalecer su soberanía mediante la consolidación de su ´mar territorial´ de 12 millas náuticas a partir de la línea de costa, y de la zona contigua de otras 12 millas náuticas a partir del límite externo del mar territorial. Subsecuentemente, los países en vías de desarrollo (que son amplia mayoría en UNCLOS), han exigido contar con una extensión de 200 millas náuticas desde la línea de costa hacia mar adentro y considerarla como su Zona Económica Exclusiva. Más allá de la ZEE se consideran aguas internacionales. No es obvio ser reiterativos, que los intereses mundiales sobre el mar y sus recursos, son económicos. La Organización Mundial de Comercio y Desarrollo (OCDE) ha señalado que el 55% del Producto Interno Bruto Mundial (PIB mundial), proviene de los recursos del mar y sus zonas costeras, principalmente por el uso y explotación del transporte marítimo, la pesca, el turismo, los puertos, el petróleo, el gas natural, los minerales, las fuentes de energía eléctrica, industrias diversas de tecnologías espaciales y las asociadas al clima en la interface océano-atmósfera, entre muchos otros usos y recursos marino-costeros.

La reciente monografía de Vargas (2011), señala que México Continental tiene una superficie de 1´964,375 km2, y que México Oceánico tienen una superficie de 3´149,920 km2. Esto significa que la soberanía nacional corresponde a un 38.41% de soberanía continental y a un 61.59% de soberanía oceánica. ¡Notable!

Indudablemente, la monografía del Dr. Jorge A. Vargas dilucida las cuestiones técnicas y legales sobre la ley del Mar en el contexto mexicano, un país que con esta espectacular geografía continental presenta 7,828 km of línea de costa de cara al Océano Pacífico, y  3,294 km de línea de costa de cara al Océano Atlántico, incluyendo en ello el Golfo de México y el Mar Caribe mexicano. Sin ninguna duda, esto es un referente de enorme desafío para el desarrollo de México que lo convierte en un país privilegiado frente a las organizaciones comerciales de las grandes Cuencas del Pacífico, del Gran Caribe, y del Atlántico. De cara al siglo XXI, este escenario es una llamada de atención para el sector político, diplomáticos, académicos, catedráticos, investigadores, científicos y técnicos, estudiantes en todos los niveles de escolaridad, medios de comunicación, y ciudadanía en general, sobre la importancia de los mares y sus costas para el futuro de México en lo social, lo económico, lo ecológico, tanto internamente como frente al concierto internacional. Los usos, los recursos, la explotación, la conservación, las regulaciones y el manejo, son el mayor desafío para la ciencia y la tecnología en este siglo XXI, visualizando a México como una economía emergente que aspira al “desarrollo sustentable del país como ecosistema”.

Un país con el privilegio de ser 62 % MAR.

 

Bibliografía recomendada

Arriaga Cabrera, L., E. Vázquez Domínguez, J. González Cano,R. Jiménez Rosenberg, E. Muñoz López, V. Aguilar Sierra (coordinadores), 1998. Regiones Marinas Prioritarias de México. Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad. Actualizado 19 Diciembre 2008. México DF. 

http://www.conabio.gob.mx/conocimiento/regionalizacion/doctos/Mmapa.html

Cervantes-Ahumada, R., 1977. Derecho Marítimo. Herrero, 1977. Ciencia y Desarrollo, Revista CONACYT, núm. 43/VIII, marzo-abril de 1982.

The United Nations Conference on The Law of the Sea (A/Conf/ .62/122), octubre 7 de 1982. www.unclos.org.com

Vargas, Jorge A., 2011. Mexico and the Law of the Sea: Contributions and Compromises, Volume 69, Publications on Ocean Development (Leiden/Boston: Martinus Nijhoff Publishers), A Series of Studies on the International, Legal, Institutional and Policy Aspects of Ocean Development, xxvi, 544 pp.

Yáñez-Arancibia, A., 2013. Book Review: Vargas, Jorge A., 2011. Mexico and the Law of the Sea: Contributions and Compromises, Volume 69, Publications on Ocean Development (Leiden/Boston: Martinus Nijhoff Publishers). Ocean Yearbook  27: 560-565 ISSN 0191-8575.