En efecto, es notable la gran diversidad tanto de bienes y servicios ambientales como formas de uso que prestan los bosques a la sociedad. Se tienen distintas categorías y formas de acceder a los recursos, entre ellas los llamados productos forestales no maderables (pfnm) como frutos, cortezas, resinas, plantas medicinales, flores, hojas, hongos, fauna silvestre, etc.

Millones de personas en todo el mundo dependen de los pfnm para satisfacer sus necesidades diarias de subsistencia con características de aprovechamiento y manejo ampliamente diversas, tanto en lugares remotos como cerca de centros poblacionales. Por ejemplo, se extraen pfnm desde bosques con poco disturbio hasta aquellos que son manejados de forma más compleja; también la extracción puede llevarse a cabo bajo numerosas condiciones debido a que muchos habitantes rurales no son exclusivamente agricultores o cazadores, sino que combinan el aprovechamiento de los recursos naturales con la agricultura, el trabajo de jornales, los ingresos por la migración, entre otras. Una actividad, todavía poco estudiada, son los extractores, cosechadores o recolectores de pfnm, quienes juegan un papel importante en la interacción entre la sociedad y la naturaleza. La recolección se lleva a cabo de tiempo parcial, estacional y en muchos casos es complementaria a la agricultura, minería, ganadería, extracción de madera, etc.

Poe y sus colaboradores en 2013 señalan que los recolectores forman un grupo de personas unidas bajo un interés común, con conocimientos y prácticas basadas en la recolección de partes de plantas y hongos, aunque son heterogéneos en sus actividades, culturas y motivaciones. Brondizio (2008) dice que la domesticación de los pfnm ocurre con las manos, con conocimiento, con las actividades diarias de los recolectores, con las redes de intercambio, con la tecnología y difusión de las plantas; es un proceso silencioso y la escala a la que se desarrolla es suprema. Es así que los tipos de recolectores tienen que ver con la edad, grupo étnico, nivel socioeconómico, propósitos comerciales, culturales y autoconsumo; también están relacionados a distintos niveles con los procesos de domesticación, las prácticas de cosecha, los ingresos económicos, la memoria histórica, el ambiente, los rituales, etc.

Hay tres niveles generales de relación entre los recolectores y los pfnm, tomando en cuenta diferentes formas de manejo de la vegetación: una de ellas se refiere a los recolectores que viven dentro  o muy cerca de los bosques más o menos conservados y que son la principal fuente de alimentos, medicinas, leña, etc. Según la CONABIO (2006) en los territorios indígenas de México (partes altas de las cuencas) se capta el 21.7% de toda el agua del país y se ubican en la mitad de las selvas húmedas y de los bosques de niebla y la cuarta parte de los bosques templados. Vázquez (2005) y sus colabores prevén que para 2020 habrá una reducción de bosques templados, tropicales y matorrales en nuestro país.

Una relación que se podría denominar intermedia, es aquella que presenta sistemas de vegetación derivados de los bosques y agroecosistemas, la cual es crucial para la producción de pfnm; las actividades de recolección se encuentran en una mezcla de bosques y actividades agrícolas o pecuarias. La SEMARNAT en 2002 señala que la cubierta vegetal natural del país era de 73% y el 26% lo ocuparon zonas agropecuarias, de plantaciones forestales, urbanas y cuerpos de agua. Este tipo de relación es el punto de contacto entre lo rural y lo urbano donde los recolectores no necesariamente viven dentro o cerca de los bosques.

La tercera y última, señala que la gente de los centros urbanos que interactúa en bosques o zonas verdes, tiene una relación diferente con los pfnm; en ciertos lugares es escasa o nula, pero cuando se presenta, los motivos de los recolectores para obtener pfnm pueden ser de tipo recreativo, comercial, cultural, de autoabasto, de regalo, de nutrición, de salud, de convivencia con la familia o amigos. Lo anterior es digno de tomarse en cuenta porque de acuerdo con Pisanty y colaboradores en 2009, las causas principales del proceso de urbanización en México, intensificado durante el siglo xx, se deben al crecimiento de las ciudades y su población, a la oferta de servicios y pobreza de las zonas rurales, lo que ha provocado que un alto número de migrantes provenientes del campo se instale en las ciudades.

En los tres tipos de relaciones entre los bosques y la gente se presentan casos de traslape; por ejemplo, un recurso puede hallarse en las tres situaciones, es decir, se puede encontrar en un patio urbano, en un cafetal o en un bosque más o menos conservado, donde los recolectores presentan diferentes perfiles socioeconómicos y aplican técnicas distintas para su obtención. Todo lo anterior obedece a particulares usos y costumbres, leyes y regulaciones para poder acceder, comercializar, usar y mantener los pfnm.

El potencial de la recolección y comercialización, el uso del bosque y la producción de pfnm con la finalidad de reducir la pobreza, ha sido un tema polémico desde hace décadas. Según varios estudiosos del tema, es aun limitada la contribución sostenible de un pfnm, ante los rápidos cambios y necesidades que están ocurriendo entre los bosques y las personas. Sin embargo, esto depende de las características y dinámica de la subsistencia rural y el tipo de recurso, entre otros aspectos. Además, cada comunidad vegetal tiene su propio potencial de contribuir a la subsistencia rural.

La extracción de un pfnm tiene una función de seguridad para los más pobres, sobre todo en áreas remotas, donde los recursos alimenticios e ingresos en efectivo son escasos. Cabe señalar que la cosecha de un pfnm a veces presenta impactos negativos sin dar tiempo a que se regenere apropiadamente, además, como consecuencia afecta a otros servicios del ecosistema. Esto es importante debido a que la capacidad de generación de ingresos por la extracción de un pfnm es limitada.

Como ya se dijo, la gente de las ciudades también puede ser recolectora de pfnm aunque de forma más selecta. Estudios recientes señalan que ha aumentado la comercialización de los pfnm de áreas verdes urbanas; ésta no solo involucra la venta de productos más baratos, sino también aquellos que tienen valores culturales muy importantes. Lo anterior es de relevancia en el escenario mundial, donde las actividades humanas como el movimiento de la población hacia zonas urbanas son dinámicas y van en aumento.

Las oportunidades de un manejo apropiado de los pfnm están relacionadas con el acceso a mercados, infraestructura, ubicación, capacitación, condiciones físicas y ecológicas del recurso, entre otras; todos ellos son factores que deben tomarse en cuenta cuando se evalúan los alcances para el mejoramiento de la subsistencia de la gente y la permanencia del bosque con sus vitales funciones ambientales.

 

1.Instituto de Ecología, A. C.

2.Centro de Investigaciones Tropicales, Universidad Veracruzana.