Esto lo constatamos después de una lluvia fuerte (50 mm) que hubo en julio del año pasado en la Reserva de la Biosfera de Mapimí, Durango, a las ocho horas las ramas de los ocotillos ya estaban cubiertas de hojas. Podemos considerar al ocotillo como una especie de suma importancia para la fauna de la región, ya que resulta que sus inflorescencias que aparecen en la punta de sus ramas son muy llamativas, de color rojo brillante,  y son muy apetecidas por los animales, no sólo insectos y aves sino también para los venados bura que se encuentran en la Reserva.

Estas inflorescencias aparecen en el mes de marzo cuando la planta ya no tiene hojas y está en plena época de secas. Esta floración dura aproximadamente un mes o un poco más de tiempo y ocurre de manera casi simultánea en todos los individuos de esta especie. Nos ha tocado ver como los venados incluso se levantan sobre sus patas traseras para alcanzar las flores y comérselas.

En la Reserva de la biosfera de Mapimí, área protegida de la CONANP que abarca aproximadamente 350,000 ha, el Instituto de Ecología, A.C. cuenta con el Laboratorio del Desierto, una estación de campo que hace posible permanecer estancias largas de trabajo, prácticamente en el centro del área de la reserva. Se están realizando múltiples investigaciones, entre las que se cuenta el estudio de la ecología y comportamiento del venado bura Odocoileus hemionus,  con apoyo del Consejo de Ciencia y Tecnología (CONACYT), debido a que es una especie de ungulado importante no sólo por su papel en el ecosistema, sino que representa un recurso cinegético de gran valor. Entre los aspectos que se busca obtener conocimiento están los conductuales, para lo cual se ha podido capturar varios venados a los que se les ha colocado un collar con radiotransmisor que tiene sensor de actividad, que nos permite mediante antenas especiales y receptores de la señal, no sólo ubicar a los animales sino saber que están haciendo, es decir si están en ese momento comiendo, están echados o están desplazándose. Para ello se hacen seguimientos cada hora en ciclos de 24 horas para conocer cuáles son sus movimientos, como distribuyen su tiempo, que uso están haciendo de su hábitat y de sus recursos.

Gracias a las observaciones realizadas de los venados bura, nos hemos percatado que durante el mes de marzo, cuando todo está muy seco, los ocotillos presentan la floración, y los venados se están alimentando de sus flores, incluso hemos llegado a observar hasta tres venados comiéndose las flores de una planta de ocotillo. Las flores rojas tienen mucho néctar, lo que puede estar indicando que los venados buscan este recurso como fuente energética en períodos críticos.

Dada la importancia que representa este recurso como fuente de alimento para los venados, en marzo de este año se decidió llevar a cabo un estudio para cuantificar este alimento, para saber la cantidad de inflorescencias que produce cada planta, cuántas de éstas están disponibles para el venado bura, y para conocer el contenido de nutrientes se colectaron algunas de las inflorescencias para realizar análisis bromatológicos en el laboratorio. Esto nos permitirá dilucidar el porqué los buras están consumiendo estas flores, que nutrientes les está proporcionando como para seleccionar este recurso y hacer un uso intensivo del mismo.

Podemos afirmar que sin lugar a dudas, el ocotillo representa un recuso alimenticio de gran valor para estos rumiantes, y que se vuelve sumamente importante si se toma en consideración que florece cuando está en plena época de secas. Por lo tanto, resulta importante conservar este arbusto característico de las zonas áridas del norte del país para beneficio de nuestra fauna, entre las que se cuenta el venado bura de Mapimí.