La transición forestal es una teoría que trata de explicar los patrones de reforestación y relaciona la recuperación de los bosques a partir del abandono de tierras productivas, propiciado en gran medida por el incremento de la urbanización e industrialización. En su forma más simplista, esta teoría predice que en las áreas que han experimentado una reducción poblacional, principalmente enlocalidades rurales, disminuiría la presión local en el uso de suelo, facilitando así la recuperación de vegetación natural de áreas degradadas. Esto se ha sugerido como la causa de la recuperación de bosques observada en algunos países desarrollados como Estados Unidos de Norteamérica o varios de Europa.

Sin embargo, estudios en América Latina han mostrado que la recuperación forestal es un proceso mucho más complejo, donde los factores ambientales y socioeconómicos son importantes para determinar la dirección del cambio forestal (deforestación o reforestación). Por ejemplo, la reforestación a lo largo de caminos de Ecuador ha sido relacionada con el cambio de prácticas agrícolas y pecuarias, pero no con el abandono de tierras; el incremento en la vegetación leñosa en Misiones, Argentina, se ha relacionado con la expansión de las plantaciones forestales pero no con un cambio en la población; mientras que en El Chaco,también en Argentina, las condiciones ambientales favorables y el desarrollo tecnológico aceleró la conversión de la vegetación leñosa en campos de agricultura de soya, a pesar de que la región experimenta una pérdida de población rural. Y ¿cuál es la situación en México?

Si la predicción de la relación entre cambio poblacional y uso de suelo es correcta, entonces se esperaría que los sitios que han perdido más población disminuyan el área dedicada a actividades agropecuarias, lo que a su vez fomentaría la recuperación de la vegetación natural. En los últimos 30 años, las principales causas de deforestación en México han sido el incremento de la agricultura y el pastoreo. Debido a que estas actividades están directamente asociadas a la presencia humana, se podría considerar que las zonas con mayor presión demográfica presentarían mayor degradación. Suponiendo que la extensión de paisajes naturales (sin población) se mantiene estable, y que las zonas urbanas van a seguir en expansión, solo se podría considerar a las zonas rurales como aquéllas que mostrarían una recuperación en la vegetación natural o, al menos, una disminución en la expansión de las actividades agrícolas.

De acuerdo a la información del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), desde los años 70, México pasó de ser un país mayormente rural a ser uno urbano. Como resultado de este cambio, en la actualidad menos del 30% de la población mexicana habita en localidades rurales. Un análisis más detallado muestra que aunque de los años de 1980 al 2010, la población total de México incrementó en más de 45millones de personas, a nivel estatal casi la mitad redujo su población rural, tal es el caso de: Coahuila, Colima, Chihuahua, Durango, Jalisco, Nuevo León, Oaxaca, Sinaloa, Sonora, Tamaulipas, Tlaxcala, Yucatán y Zacatecas; en esos estados, una gran parte migró regional o internacionalmente, sobre todo a centros urbanos con economías fuertes.

Datos del Sistema de Información Agroalimentaria de Consulta (SIACON) muestran que durante un periodo similar (1980-2009), de los estados antes mencionados, únicamente Sonora y Tamaulipas presentaron una reducción en el área dedicada a la agricultura.Sin embargo, Yucatán y Zacatecas, que también tuvieron pérdida poblacional rural, presentaron un gran incremento en el área dedicada a actividades agrícolas. Estos resultados sugieren que el cambio en el paisaje rural se verá influenciado más allá de la condición poblacional local.

De hecho, el crecimiento de núcleos urbanos propiciaría una mayor demanda, no solo regional sino también global, de alimentos y materias primas que repercuten en la conversión de los sistemas naturales. Por ejemplo, la demanda global de palma africana, conocida también como palma de aceite, para producir desde aceite para consumo humano hasta biocombustibles, se ha reflejado en el cambio de uso de suelo en el sur del estado de Veracruz, donde en tan solo 6 años (2003-2009) el área dedicada a esta plantación incrementó 217%. Conocer la relación específica entre el tipo de demanda, el lugar donde se producen y se obtienen dichos productos, ayudará a entender las complejas relaciones de los efectos de los factores globales que impactan a escalas locales y a tomar mejores decisiones de manejo de los recursos naturales, por ejemplo,en la realización de los planes de ordenamiento territorial, que incluyen importantes mecanismos que orientan las políticas de uso del suelo en función del impacto ambiental generado por las actividades productivas.