Bambúes nativos de México

México se considera como un país con “moderada diversidad” en bambúes ya que actualmente se tienen registradas 42 especies nativas o silvestres de bambúes. Aunque también hay bambúes que han sido introducidos de Asia como por ejemplo el bambú amarillo (Bambusa vulgaris var. vittata), bambú plumoso o plumilla (Phyllostachys aurea), madake o plumoso (Phyllostachys bambusoides), o el bambú colombiano (Guadua angustifolia). Los bambúes nativos de México son casi desconocidos y se distribuyen principalmente en las zonas tropicales del país, pero algunas especies también habitan en altas altitudes y en zonas templadas y frías, como por ejemplo en los alrededores del Cofre de Perote.

Los bambúes Mexicanos han sido utilizados en formas diversas dependiendo de la del grosor de los tallos o culmos y de su flexibilidad.

¿Qué es el "tarro”?

El “tarro” es un bambú Americano perteneciente a las “guaduas” (género Guadua), que en México está representando por cinco especies nativas y de éstas la más grande y frondosa es la Guadua aculeata  conocida en el Totonacapan como “tarro” y en otros lugares de México como “caña brava”.

El tarro  puede llegar a medir hasta 25 m. de alto y sus tallos ó culmos llegan a alcanzar un diámetro de 25 cm. Una característica para distinguir esta Guadua de otros bambúes nativos de México es la presencia de espinas en los nudos de tallos y ramas. Estas espinas tienen forma de gancho, en donde la punta se dirige principalmente a la base del bambú, tiene entrenudos verdes y huecos. Además tiene una banda de color blanco que rodea al nudo.

Usos del tarro en el Totonacapan

El uso del “tarro” en el Totonacapan es muy variado. Se tienen registrados más de 30 usos, los cuales varían de acuerdo al diámetro y longitud de los culmos utilizados. De acuerdo al tipo de uso se han clasificado en seis categorías:

Construcción

El “tarro” se utiliza en la elaboración de paredes de las casas, cercos para delimitar el perimetro de las casas, vigas para el techo de las casas, alfardas, alfajillas ó cintas, tejas naturales, andamios para la construcción, puntales para detener la simbra, galeras, puentes rusticos y rejas para puertas.

Agropecuario

Utilizado para construir corrales para cerdos, gallineros, zarzoz para guardar maíz, tarimas, asoleaderos ó tapancos, cerco para ganado, ruedo para jaripeo, semilleros rusticos y comedero para aves de corral.

Herramientas de trabajo

 Elaboraciónde escaleras, garrochas para cortar frutas, moldes para hacer panela y herramienta para acarrear árboles.

Usos domésticos

Manufactura de petates para dormir; leña y como soporte para antenas de televisores.

Artesanal

 Elaboración de muebles rústicos y moldes para elaborar panela.

Religioso

 Lo utilizán como estructura en los Arcos de altares en Todos Santos y como mástil en la danza de los “tejoneros”.

Se puede observar que el “tarro” es más utilizado en las construcción de viviendas rurales, ya que este material hace que las viviendas en su interior sean frescas y de esta forma  se puede abatir el calor de la región. Por otro lado, el “tarro” es un material natural que lo pueden obtener sin ningun costo del medio natural que los rodea. Pero …. Hay que tener cuidado, porque si no se le practica un manejo sustentable puede provocar la desaparición de esta especie en la región del Totonacapan en un futuro no lejano.

 Condiciones actuales de estos usos en el Totonacapan

El cambio en la percepción del “tarro” actualmente en el Totonacapan, ha dejado de ser “el principal material utilizado” y se ha convertido en “un material más” con el que cohabitan los pobladores de esta región. Esto se debe a que los pobladores no han adoptado al “tarro” como un cultivo y que la madera y cemento están desplazado a los  materiales naturales de construcción. Por otro lado, las generaciones de jóvenes ya no están interesadas en conocer su entorno natural y por lo mismo desconocen los usos que la misma naturaleza les brinda. Esto ha conducido a que los usos del “tarro” en el Totonacapan vayan en decadencia. Aunado a esto, la falta de técnicas en el manejo o programas de cultivos alternativos no se han promovido en las comunidades. Esto ha ocasionado que los conocimientos tradicionales acumulados a lo largo de la historia potencialmente vayan en decremento, con muchas posibilidades de desaparecer, como se presenta en el “tarro”.