Restos de una vida sorprendente

Karina M. Grajales Tam

Artículo publicado en el Portal Comunicación Veracruzana el día 16 de febrero 2021

Pocos sitios son tan sorprendentes como los desiertos, casi no llueve, el sol suele ser implacable aunque por el contrario, las noches son frías, además de los fuertes vientos que desecan todo a su paso. Al visitarlos, pareciera que es un espacio vacío y silencioso, sin embargo, hay vida… plantas, animales y rastros de una vida pasada.

Palabras clave: desierto, biznaga, ocotillo, venado bura, maguey, sangregada

Tallo de nopal rastrero
Las pencas del nopal en forma de raqueta son tallos fotosintéticos, su tejido de sostén (xilema), transporta agua y nutrientes. Cuando son jóvenes, tienen hojas, parecidas a espinas; su piel gruesa (cutícula) evita que pierdan agua y sales minerales.  Las pencas y los frutos se comen; las pencas se utilizan para preparar pintura a base de cal y como cercas vivas. Al secar, se usan como leña. (Foto 1)

 

 

 

Espinas de biznaga

Las espinas son hojas modificadas, tienen un tejido vascular que se conecta al tallo, lo que evita que se desprenda con facilidad. Sus funciones son evitar la pérdida de agua, protección de los rayos del sol y de los depredadores. (Foto 2)

 

Tallo de “Ocotillo”

La mayor parte del año, los tallos se encuentran sin hojas, solo con espinas.  

La superficie del tallo es cerosa, debajo de ésta tienen clorofila para realizar la fotosíntesis y aunque produce pocos azucares, esto le permite desarrollar las hojas rápidamente una vez que llueve. 

Las flores son una fuente importante de alimento para insectos, aves y mamíferos. (Foto 3)

 

 

Tallo de “Sangregada”

Sus tallos son de color rojizo y la clorofila es incolora pero cambia a rojo oscuro al contacto con el aire, de ahí su nombre. Es una planta de uso muy antiguo: para amacizar los dientes, contra la caída del cabello, sarna, heridas y golpes. En algunos lugares de México, comunidades rurales producen y comercializan un jabón hecho a base de sangregada para combatir la caída de cabello. (Foto 4)

 

Quiote de “Maguey”

El quiote es un tallo floral con más de 3 m de altura. Los magueyes florecen una vez en su vida, después, mueren.

Los quiotes son casas de algunas aves; secos sirven como vigas y cercas, de ellos también se sacan hilos para elaborar costales, tapetes, morrales, etc.

Las pencas enteras se usan para techar las casas a modo de tejado.  (Foto 5, 6 y 7)

 

Piel y astas de “Venado bura”

Es un venado con orejas grandes. Su pelaje es corto, de color amarillento. Los machos presentan astas, que cambian cada año. Los jóvenes y las hembras andan juntos, el macho es solitario y solo en época de reproducción buscan a las hembras. Se alimentan de hojas tiernas, flores, frutos, pasto y algunas hierbas.  Dependen del agua para poder vivir, a pesar de que vive en el desierto. Es el principal alimento del puma. (Foto 8)

A través de los restos que encontramos, podemos conocer quienes vivieron en ese lugar y no solo eso, al ser pulidos y tallados por el viento y el sol, dejan ver sus estructuras internas, algunas con figuras increíbles. Te invito a buscar, descubrir y sorprenderte con los restos!!

 

Pies de figuras

Portada.  Vista de la Reserva de la Biosfera Mapimí

Foto 1. Pencas de nopal rastrero

Foto 2. Espinas de biznaga

Foto 3. Tallo y flor de Ocotillo

Foto 4. Tallo de sangregada 

Foto 5. Quiote de maguey con nido de pájaro carpintero

Foto 6. Maguey con escapo floral (quiote)

Foto 7. Cerca construida con tallos de ocotillo

Foto 8. Venado bura 

Crédito fotografías: Karina Grajales Tam