Palabras claves: moho gris, frutos suaves

El género Botrytis integra un conjunto de especies de hongos que incluyen a los conocidos como mohos grises, son organismos saprófitos, que gustan de alimentarse de materia orgánica en descomposición, sin embargo, también pueden actuar como patógenos facultativos y entonces inducir enfermedad en tejidos vegetales sanos. Algunas de las especies que se han detectado afectando a distintas especies de bayas están B. patula, B. caroliniana y B. cinerea1, siendo esta última la única reportada en México. De acuerdo con un listado de los patógenos más importantes a nivel mundial, B. cinerea es considerado el segundo más importante por su importancia económica y científica3 y al ser polífaga, afecta a más de 200 especies de plantas2. En frutos suaves como la fresa (Fig. 1) y frambuesa, la enfermedad del moho gris causa infecciones pre y post-cosecha, llegando a registrar pérdidas de hasta 50%, especialmente en frutos4.

Botrytis despliega varias estrategias biológicas, por un lado, su habilidad saprofítica/patogénica que le hace no depender necesariamente de un hospedero para sobrevivir y reproducirse. Por otro lado, tiene la capacidad de producir enormes cantidades de esporas que son dispersadas fácilmente por aire, llegando a sitios como las hojas, tallos (Fig. 2), axilas, brotes y/o receptáculos de las flores, lugares donde el micelio crece protegido infectando los frutos u otros tejidos. Además, otra característica importante de estos hongos es la producción de estructuras de resistencia llamadas esclerocios, que pueden permanecer latentes durante condiciones ambientales adversas y germinar cuando éstas son favorables para el patógeno. Cuando se cultiva el micelio de Botrytis en un medio de cultivo especifico (Fig. 3), hemos observado que se producen esclerocios de manera muy rápida, alrededor de 7 a 15 días (Fig. 4). Estas estructuras de resistencia fúngica, en el campo, se pueden encontrar en el tejido infectando al hospedero, en el suelo o bien en los restos de herbáceas que caen al suelo, por lo cual es recomendable sacar todos los restos vegetales de la zona de cultivo y quemar aquellas plantas enfermas.

Las variedades de plantas de bayas en campo han mostrado poca resistencia genética al moho gris, por lo que las infecciones se han tratado con fungicidas y es todo un reto el prolongar la vida postcosecha de los frutos, de tal manera que estos puedan permanecer sanos por tiempos prolongados de hasta 45 días con fines de exportación a lugares distantes. Por eso, es primordial disminuir la propagación del hongo en campo y evitar el crecimiento de micelio en los frutos. Sin embargo, el uso constante de fungicidas ha provocado que algunas de las variantes de Botrytis se seleccionen y muestren mayor resistencia a ciertos fungicidas, en especial en los cultivos de fresa; esto, aunado a que el mercado de bayas está limitado a la presencia de fungicidas aun en trazas, y en los cultivos orgánicos no se puede hacer uso de estos productos, por lo que se requiere de distintos métodos de control de la enfermedad para producir bayas de calidad.

Una de las herramientas para disminuir la aparición de este patógeno es el control biológico, usando microorganismos que han mostrado cierta eficacia para disminuir el crecimiento del micelio de Botrytis en los cultivos e incluso evitar su dispersión. Dentro de estos organismos se incluyen algunas especies de bacterias, levaduras y hongos, algunos de ellos ya se han llevado a formulaciones comerciales que se venden en el mercado nacional e internacional. También se han descubierto microorganismos simbiontes mutualistas (benéficos) para apoyar la sanidad de los cultivos, entre estos, la asociación de plantas con hongos a nivel de raíz formando micorrizas, ya que pueden apoyar a la planta estimulando la activación de sistemas de defensa que previene que hongos como B. cinerea infecte de manera tan expansiva. Aunque estas investigaciones se han reportado para tomate, podría evaluarse en bayas, ya que se logró disminuir del 60.3 al 37.5% la severidad de la infección en plantas micorrizadas5.

Dada la gran variabilidad de respuesta que pueden tener algunas poblaciones de Botrytis a los fungicidas, las investigaciones se enfocan en detectar más microorganismos biosupresores de la enfermedad y en particular para bayas, se necesita evaluar mezclas de distintos organismos que además de ser antagonistas de Botrytis, puedan actuar de forma sinérgica contra otros fitopatógenos del cultivo. También sería importante, evaluar la acción en los distintos propágulos del patógeno y conocer cómo las variaciones de las condiciones ambientales alteran la efectividad de la inhibición.

 

Pie de figuras

Fig. 1. Fresas infectadas con Botrytis, en alta humedad forman gran cantidad de micelio que irá tornándose grisáceo por la producción de esporas (Foto: Edith Garay Serrano).

Fig. 2. Afectación de tallo y hojas de zarzamora por Botrytis cinerea (Foto: Edith Garay Serrano).

Fig. 3. Micelio de Botrytis creciendo en medio de cultivo papa-dextrosa-agar (Foto: Jazmín Cortés Martínez).

Fig. 4. Esclerocios negros, estructuras de resistencia de Botrytis, que tienen la capacidad de germinar e iniciar las infecciones de la siguiente temporada de cultivo (Foto: Jazmín Cortés Martínez).

 

Referencias

1 Li et al. 2012. Mycologia 104:650–658

2 Williamson et al. 2007. Molecular Plant Pathology 8: 561–580

3 Dean et al. 2012. Molecular Plant Pathology 13: 414–430

4 Jarvis. 1962. The Annals of applied biology 50: 569–575

5 Fiorilli et al. 2011. Journal of Plant Pathology 93: 237–242