Palabras clave: Azul, cianotipia, Fotografía, Azul prusia, azul cian, ferrocianuro

 

El azul es un color, o sea que es parte de la luz “blanca” y está en un rango que podemos percibir con nuestros ojos (no como la luz ultravioleta, que podemos medir, pero no podemos ver). Percibimos el cielo azul por la dispersión de la luz en la atmósfera y (casi siempre) percibimos al mar azul por los colores que absorbe el agua. Pero también lo encontramos en pigmentos y tintes, que son sustancias que tienen color y que pueden usarse para teñir o pintar.

El azul también es un color inusual y a veces difícil de conseguir. en la historia humana hemos visto el azul en varias ocasiones, como el azul egipcio que se obtenía del mineral cuprorivaíta. Los mayas tenían el azul Maya hecho a base de la planta del añil (Indigofera suffruticosa) y el mineral Palygorskita.

Uno de mis tonos favoritos de azul es el Azul Prusia, que históricamente ha tenido varios nombres como Azul de París, Azul de Berlín, Azul Turnbull y más. Esta sombra de azul se genera a partir de una sustancia química que se obtiene de una reacción  en la que se mezclan sales de fierro con ferrocianuros, el nombre químico más simple y genérico para estos polvos. 

Desde su descubrimiento, varios químicos comenzaron a interesarse en las reacciones de sustancias similares o que se producían a partir del azul de prusia. Entre ellos, algunos de los científicos-artistas, como John Herschel o W. H. F. Talbot, que estaban interesados en una serie de sustancias y mezclas químicas que tenían la particular característica de cambiar de color al estar expuestas a la luz, es decir, los primeros fotógrafos de la historia.

Una de las muchas reacciones que identificaron combinaba también una sal a base de ferrocianuro, igual que el azul de prusia. Se dice que esta nueva reacción la descubrió el astrónomo Inglés John Herschel, aunque la usó principalmente para reproducir textos y dibujos. Para ello, preparaba una mezcla con dos sales de fierro que, en vez de tener tonos azules, son casi amarillas: el citrato férrico amoniacal y el ferrocianuro de potasio. Una vez que tenía la mezcla, la untaba en papel y, al exponerlo a la luz del sol, este color amarillento se volvía totalmente azul, azul cian.

Esta técnica pasó a conocerse como cianotipia y algunos de estos científicos-artistas que estaban desarrollando la fotografía primitiva se interesaron en el proceso porque si una parte de la hoja impregnada con la mezcla de cianotipia se cubría del sol, quedaba blanca, sin color azul, así que era fácil generar imágenes que perduraban. Esta fue una de las primeras formas de hacer fotografía.

También en Inglaterra, a Anna Atkins, una científica-artista que aprendió directamente de William Henry Fox Talbot (el inventor de la fotografía) le interesaba el estudio de la botánica, en particular de las algas y algunas plantas inglesas. Ella tuvo la brillante idea de usar la técnica de la cianotipia para capturar con precisión fotográfica la forma de los ejemplares botánicos que tenía. 

Obtuvo una colección de imágenes fotográficas de ejemplares botánicos y así, unió exitosamente la ciencia de la botánica con el arte-científico de la fotografía. Pero no se quedó en capturar las imágenes, además, realizó libros científicos de botánica ilustrados totalmente mediante estas cianotipias, algo que no se había hecho nunca antes, pues hasta ese momento, las ilustraciones botánicas las tenía que realizar algún artista que pudiera dibujar y la precisión de esas ilustraciones estaba condicionada a la habilidad del artista.

Las cianotipias de Anna Atkins todavía se pueden ver en los libros originales y, desde luego, hay miles de reproducciones fotográficas y digitales. Y así, es como la historia de la fotografía científica está atada para siempre al color azul, uno de los colores más inusuales.

 

Pies de foto

Foto 1. Retrato de Anna Atkins. Autor desconocido. Impresión de albúmina, ca. 1861. Dominio público.

Foto 2. Cianotipia de algas. Anna Atkins, cianotipia ca. 1853. Dominio público.

Foto 3. (slider) Azul de Prusia. Saalebaer. CC0 1.0 (sin derechos autorales)

Foto 4. Cystoseira granulata. Anna Atkins, ca. 1853. Dominio público.