Conservar o desarrollar ¿es ése el dilema?

Sergio Guevara Sada

Lo sabemos hasta el cansancio, nos lo repiten todos los días los medios de comunicación, México tiene una inmensa riqueza natural, cultural e histórica. Y, de la misma manera nos enteramos que el desarrollo de la industria, la actividad minera, el crecimiento de las ciudades, el turismo y la infraestructura atentan contra esa riqueza, poniéndola en peligro de desaparecer.  

No tiene, como yo, estimado lector, la sensación de vivir en dos países distintos; en un México rico que dilapida su riqueza y en uno pobre que sueña con ser rico. Ha sentido que algunos días está en el país rico y otros amanece en el país pobre. Yo apuesto a que preferiría vivir en uno solo de los dos, pero si le dieran a escoger ¿sabría en cual de los dos preferiría trabajar y vivir?

Pues déjeme decirle que ese dilema lo tienen todos los mexicanos, porque en realidad, si, hay dos versiones distintas y opuestas de nuestro país, a las que, aquí, llamaremos México A, al país de la gran riqueza natural, cultural e histórica, el que es reconocido mundialmente  por sus grandes logros en la conservación de la biodiversidad y la preservación del patrimonio histórico y cultural, que sueña con el bienestar de su población y con un desarrollo propio y sustentable.

El otro, el México B, es el país del desarrollo a como dé lugar, el de las oportunidades de crecer y ganar más, sin tomar en cuenta que en ese intento se está deshaciendo de lo mejor que tienen, su capital natural y humano, que es la base del bienestar presente y futuro de los mexicanos.

Lo cierto es que México, tiene en su territorio más plantas, animales, ecosistemas, paisajes, recursos naturales, minerales y energéticos, que algunos de los países más ricos y desarrollados del mundo. Está calificado como uno de los trece países con más biodiversidad del planeta, es un país mega diverso. Tiene también una gran riqueza cultural, numerosos grupos indígenas y campesinos y un patrimonio artístico sobresaliente en el panorama mundial.

Gracias a sus recursos naturales, antes de la llegada de los europeos a estas tierras, existieron poderosos estados, y grandes y numerosos asentamientos, en ciudades imponentes, que perduraron durante muchos siglos. Lo cual por cierto, hay que señalarlo, dio origen a la utopía nacional “el bienestar y el desarrollo mexicano dependen del capital natural, cultural y humano”. Pues hasta ahora algo ha ocurrido que no lo hemos logrado.

Hoy día, gracias al trabajo de varias generaciones de investigadores mexicanos, sabemos, más que nunca antes, de la cuantía de la diversidad biológica y cultural y contamos con un buen inventario del patrimonio artístico e histórico que hay en nuestro territorio. El México A considera a esa riqueza como una excelente alternativa para lograr el bienestar y el desarrollo del país.

 

  

No obstante, hasta ahora los planes estatales y nacionales de desarrollo y crecimiento, no toman en cuenta sus posibilidades e ignoran o cierran los ojos ante su afectación, es el México B, el del desarrollo a como dé lugar.

Ante el panorama que plantea México B, numerosas personas, instituciones académicas, civiles y gubernamentales mexicanas hacen enormes esfuerzos por salvaguardar la biodiversidad, la cultura indígena y campesina y el patrimonio artístico. Sus logros han sido notables, hay que señalar que cuentan con la comprensión y el apoyo decidido de instituciones federales, estatales y municipales de gobierno.

Tan solo para proteger la biodiversidad se han creado varias categorías de Áreas Naturales Protegidas ANP, con extensiones, características y manejo adecuado a las condiciones y naturaleza de lo que se pretende proteger.

Hasta el día de hoy se han decretado 176 Áreas Naturales Protegidas que suman una superficie de 25,617,251 ha. A la cual hay que sumar 379 áreas destinadas voluntariamente a la conservación con una extensión de 416,141 ha, para un gran total de 26,033,392 ha. Esta superficie no es pequeña, se trata del 13% del total de nuestro país. Los datos de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas –CONANP- desglosan esta información: 

  

Número de ANP

Categoría

Superficie en hectáreas

41

Reservas de la Biosfera

12,751,149

66

Parques Nacionales

1,411,319

5

Monumentos Naturales

16,269

8

Áreas de Protección de Recursos Naturales

4,503,345

38

Áreas de Protección de Flora y Fauna

6,786,837

18

Santuarios

148,332

176

 

25,617,251

 

Áreas Destinadas Voluntariamente a la Conservación (Áreas Certificadas)z

  

Número de ADVC

Superficie en hectáreas

379

416,141.26

 

Lo curioso, es que el mayor número y extensión de ANPs se mantiene gracias al presupuesto federal, estatal o municipal, este esfuerzo por proteger la biodiversidad no se ha vinculado con los planes de gobierno y con los esfuerzos para el desarrollo elaborados por el propio gobierno mexicano, -federal, estatal y municipal-. Los sectores gubernamentales encargados del desarrollo no encuentran la forma de  utilizar la biodiversidad como el motor o insumo básico para sus planes de crecimiento.

Parecería que la biodiversidad, la diversidad cultural y el patrimonio artístico y cultural no son aliados del desarrollo, aparentarían más bien ser un obstáculo, a pesar de lo que personajes y sectores del gobierno y la iniciativa privada han declarado:

...no es sorprendente que varias empresas en economías desarrolladas hayan incrementado sustancialmente su valor de mercado, en la medida en que han hecho plenamente compatibles el crecimiento propio de sus negocios y el desarrollo armónico del medio ambiente; …cuidar hoy nuestra casa común con la vista puesta en el bienestar de las futuras generaciones es la mejor inversión que podemos hacer (Agustín Carstens, Secretario de Hacienda y Crédito Público, Presidencia de la República, 2009). 

hay que hacer más rentable la conservación y el uso sustentable de los recursos naturales [...], el cuidado del medio ambiente será, en un futuro próximo, un sector económico muy importante y gran generador de empleos (Carlos Slim, empresario). 

¡SEGUIMOS PERSIGUIENDO LA UTOPÍA NACIONAL! 

Para mostrar un ejemplo de esa contradicción en los hechos, se puede citar lo que ocurre con los proyectos de desarrollo minero, portuario, urbano, turístico y energético, que afectan a las Reservas de la Biosfera, que por cierto han sido valoradas como una de las mejores posibilidades, como lo muestra las 41 reservas decretadas e incorporadas a la Red Mundial de Reservas de la Biosfera de la UNESCO, para vincular la diversidad con el desarrollo a través de proyectos productivos sustentables.

Los proyectos afectan la calidad y cantidad del agua, la atmósfera y amenazan los límites de las reservas, y la capacidad del territorio para mantener la biodiversidad y la integridad de los asentamientos humanos.

Entre los casos recientes más conocidos podemos citar a las Reservas de la Biosfera: La Laguna en Baja California Sur, el Parque Arrecifal Veracruzano y Los Tuxtlas en Veracruz por cierto las dos únicas decretadas en el estado, La Primavera en Jalisco, Cumbres de Monterrey en Nuevo León, por citar solo algunas.

Ahora tiene usted querido lector una idea acerca de los dos países el México A que se esfuerza por mantener la diversidad y el México B que está convencido  que la naturaleza puede ser controlada y dominada. ¿Por cual de los dos se inclina?. O acaso, coincide usted con los que pensamos trabajar y ayudar a resolver el falso dilema de conservar o desarrollar,  para hacer un solo México para todos.