Las aves migratorias y las lagunas costeras

Mauricio Hernández Sánchez

Las migraciones son fenómenos que ocurren cíclicamente dentro de la naturaleza, en distintas escalas y  de formas muy variadas, no son exclusivas de ningún organismo y están influenciadas principalmente por las condiciones ambientales y procesos reproductivos de las especies.

Las escalas migratorias pueden variar enormemente dependiendo de la especie, pueden ir desde unos cuantos kilómetros hasta miles, y las rutas migratorias, son innumerables presentando una gran variedad de condiciones que van desde lugares paradisiacos hasta los más inhóspitos. De todas las especies que realizan migraciones, como son peces como el salmón, anguilas, langostas y mamíferos, el grupo emblemático dentro de este fenómeno natural y es inevitable hacer referencia a ellas cuando el tema es migración y son precisamente las aves las que realizan las migraciones más llamativas y fáciles de observar.

El Estado de Veracruz se ubica en una localidad privilegiada, ya que a través de él converge una de las mayores rutas migratorias para las aves en el país y debido a la topografía que existe en la vertiente del Golfo, se forma un “embudo” en la zona centro del Estado, y como consecuencia, año con año se observa una gran de las mayores concentraciones de aves migratorias en el país en este punto. Todas estas especies a lo largo de su camino necesitan de sitios para tomar un descanso y recobrar las energías y uno de estos sitios son las lagunas costeras, las cuales son cuerpos de agua que poseen una comunicación permanente o temporal con el mar, se caracterizan por tener agua salobre y una abundante biodiversidad tanto de ambientes y especies.

La importancia de las lagunas costeras como sito de paso para las aves migratorias radica en su riqueza de recursos, los cuales, proveen una gran cantidad de alimento, que van desde peces, una gran variedad de pequeños invertebrados como moluscos y crustáceos así como una infinita variedad de microorganismos. El estado de Veracruz posee al menos nueve grandes lagunas costeras y algunas otras de tamaños menos representativos, pero en conjunto se convierten en un recurso invaluable y que permite a millones de aves poder logran una gran travesía a lo largo de varios países.

Un buen ejemplo de  laguna costera, es la laguna de La Mancha, donde se festeja este 28 de marzo el Festival de las Aves y Humedales. Este sitio recibe cada año miles de aves migrantes de diversas especies que se dejan ver sin ningún problema durante la migración de otoño.

No obstante de la importancia, valor ecológico y económico que poseen las lagunas costeras, estas se enfrentan crónicamente una gran cantidad de problemas, uno de los más graves es el azolvamiento de las mismas que provoca un gran impacto en la diversidad. Otras problemáticas que enfrentan son: la contaminación, la sobreexplotación de los recursos pesqueros, los asentamientos humanos regulares e irregulares, eutrofización, derrames de hidrocarburos y falta de ordenamiento territorial.

A pesar de las problemáticas mencionadas, las lagunas costeras siguen cumpliendo su papel como estaciones de descanso y reabastecimiento para las aves, muchas de las cuales, realizan viajes extremadamente largos. Un ejemplo claro es el playero rojizo (Calidris canutus) el cual pesa poco menos de 150 gramos y mide unos 25 centímetros, pero aún con este tamaño, puede recorrer entre 5000 y 8000 kilómetros sin parar y es capaz de recorrer cada año más de 30.000 kilómetros en un largo recorrido que lo lleva desde América del Norte hasta Tierra del Fuego, durante el invierno boreal, para luego regresar hacia el norte desde fines de febrero en adelante. 

De entre todos los playeros rojizos existe uno que destaca y ha adquirido fama por sus travesías en los últimos 20 años; el playero rojizo identificado como “B95”, bautizado como el “ave de la luna” porque a lo largo de su vida ha recorrido esa distancia durante todos sus viajes. Cada año B95 viaja desde la Bahía de Delaware en Estados Unidos hasta la Bahía de San Antonio en Argentina. La travesía comienza en el sur de Argentina, a mediados de febrero, y se extiende hasta el norte de Canadá, a donde arriba en junio. Entre octubre y noviembre emprende el regreso, para luego volver a empezar

Este es un claro ejemplo de la importancia de las lagunas costeras en las migraciones y de cómo cumplen su papel en un fenómeno natural de gran escala. Son parte de un gran sistema que lleva a cabo un ciclo natural que involucra una inmensa cantidad de especies y aunque enfrenta una gran cantidad de problemáticas y se encuentran amenazadas, estos ecosistemas siguen siendo fuentes de reabastecimiento y refugio para las especies migratorias.

 

http://avibase.bsc-eoc.org/species.jsp?avibaseid=B5CE8FAD18923A94