El colibrí tijereta (Doricha eliza): su historia evolutiva

Yuyini Licona-Vera y Juan Francisco Ornelas

Los colibríes son las aves más pequeñas del mundo y con 338 especies todas exclusivas del continente americano, constituyen la segunda familia más grande de aves. En un estudio filogenético reciente, donde se incluyen a más del 80% de las especies de colibríes reconocidas, se concluye que el linaje que dio origen a los colibríes modernos surgió hace 42 millones de años, al separarse de su grupo hermano, los vencejos, todo esto en Asia o en Europa donde se encontraron fósiles que asemejan a los colibríes modernos con una edad entre 28–34 millones de años.

De su paso hacia Suramérica, quizás a través del Estrecho de Bering a Alaska, no ha quedado huella, ni sobrevivientes en esas tierras, sin embargo, es indudable que una vez que llegaron al continente suramericano hace 22 millones de años, rápidamente se expandieron y evolucionaron en los grupos actualmente reconocidos: topacios, ermitaños, mangos, brillantes, coquetas, gemas de montaña, abejas, esmeraldas y el grupo con una sola especie, Patagona gigas, el colibrí gigante.

En México, existen alrededor de 57 especies, representantes de siete de los nueve grupos (topacios, ermitaños, mangos, coquetas, abejas, gemas de montaña y esmeraldas) y el 33% de ellas se encuentran en alguna categoría de amenaza dentro de la Norma Oficial Mexicana NOM-059-2010 y en el Apéndice II de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES). Entre estas especies, se encuentra el colibrí endémico de México, Doricha eliza, comúnmente conocido como colibrí tijereta y miembro del grupo de las abejas. Aunque hoy se entienden relativamente bien las relaciones filogenéticas entre grupos de especies de colibríes (favor de consultar las referencias sugeridas al final del texto), poco sabemos sobre cómo, cuándo y porqué las especies se diferenciaron. Los resultados de nuestra investigación, publicada recientemente en  PLoS ONE (http://www.plosone.org/article/info%3Adoi%2F10.1371%2Fjournal.pone.0101870), nos permitieron juntar las piezas en la historia evolutiva de una de las especies de colibríes más raras en México.

Utilizando datos de ADN mitocondrial y nuclear, datos morfológicos y modelación de distribución de especies, nuestro estudio provee un nuevo entendimiento sobre la historia evolutiva de las poblaciones de Doricha eliza y las reglas de decisión sobre como conservar sus poblaciones. Las poblaciones de esta pequeña ave se encuentran separadas por más de 800 kilómetros de agua, entre el norte de la península de Yucatán y el centro de Veracruz. Los machos (9–10 cm), son de color verde oliváceo, tienen la garganta de un color hermoso rosa brillante y la cola larga y bifurcada, de ahí que se les conozca como colibríes cola de tijera. Las hembras son ligeramente más pequeñas (7.5–8.0 cm), tienen el rostro blanquecino con una línea blanca detrás del ojo y el vientre blanco. Ambos sexos, tienen el pico muy largo y curvo hacia abajo. Los machos de esta especie realizan un despliegue acrobático durante el cortejo reproductivo, que reta a cualquier acróbata olímpico (favor de ver los videos en las ligas indicadas al final del texto). Durante este corto, pero increíble despliegue, los machos con la cola extendida realizan un movimiento en forma de “U”, frente a las hembras, y luego para “embrujarlas” (y a cualquier observador), los machos extienden las plumas rosa brillante de su garganta y emiten con las plumas de la cola un corto, pero peculiar sonido, después del cual los machos se elevan en línea recta durante varios metros hacia el cielo y bajan en picada para posarse de nuevo muy cerca de las hembras, esperando ser recompensados.

Los análisis de ADN mitocondrial y nuclear sugieren que las poblaciones de Doricha eliza aisladas entre Veracruz y Yucatán comparten un ancestro común, que no existe flujo genético entre estas poblaciones, y que su historia de aislamiento inició hace aproximadamente 120,000 años, lo que indica que el aislamiento entre las poblaciones de Doricha eliza es reciente. Sin embargo, los modelos de distribución paleoclimáticos indican que en el centro de Veracruz no existían condiciones climáticas adecuadas para que su hábitat prosperase durante el último glacial máximo, hace 18,000–21,000 años, y por lo tanto la existencia de la población de Doricha eliza en Veracruz podría ser más reciente que en Yucatán. Aunque nuestros datos no permiten poner a prueba posibles escenarios sobre cómo estos colibríes colonizaron nuestro estado, es posible que algunos individuos de las costas de Yucatán llegaran a Veracruz, traídos por los huracanes y/o fuertes vientos del este al oeste, hacia lugares secos y más altos como el Lencero, Chavarrillo y El Castillo, donde actualmente habitan estas aves en Veracruz. Una vez colonizadas las tierras veracruzanas, es posible que con el paso del tiempo y el aislamiento geográfico las poblaciones en Veracruz se hayan diferenciado genética, ecológica y morfológicamente. Mientras tanto, los resultados de nuestro estudio indican que el aislamiento y la enorme distancia geográfica que separa las poblaciones de Veracruz y Yucatán han permitido la acumulación de diferencias genéticas y morfológicas entre los individuos de ambas regiones que han sido acentuadas por las diferencias en altitud, temperatura y precipitación entre ambientes donde habitan en Veracruz y Yucatán. Aunque estos datos indican que ambas poblaciones son linajes evolutivamente independientes, el reconocimiento de su estatus de especies diferentes requiere un detallado estudio sobre su conducta, particularmente de posibles diferencias en los despliegues nupciales, en las vocalizaciones, y en los sonidos producidos durante la ejecución de los despliegues por los machos, en ambas regiones. En base a nuestros resultados consideramos que las poblaciones de D. eliza en Veracruz son vulnerables a la extinción y hemos propuesto que la categoría de vulnerabilidad estatal sea considerada como alta en el Estado de Veracruz, equivalente a la categoría de Peligro de Extinción de acuerdo a la Norma Oficial Mexicana NOM-059-2010, en el recientemente publicado Libro Rojo de la Fauna del Estado de Veracruz, y por lo tanto una nueva oportunidad en la agenda de conservación estatal, en donde la participación ciudadana podría hacer la diferencia.

                                               

Lecturas recomendadas

  1. McGuire JA, Witt CC, Altshuler DL, Van Remsen Jr J (2007) Systematic Biology 56: 837–856.
  2. McGuire JA, Witt CC, Remsen Jr JV, Dudley R, Altshuler DL (2009) Journal of Ornithology 150: 155–165.
  3. McGuire JA, Witt CC, Remsen Jr JV, Corl A, Rabosky DL, D. L. Altshuler & R. Dudley (2014) Current Biology 24: 910–916.
  4. Ornelas JF, González C, Espinosa de los Monteros A, Rodríguez-Gómez F, García-Feria LM (2014) Journal of Biogeography 41: 168–181.
  5. Ornelas JF, Licona-Vera Y (2014) Libro Rojo de la Fauna del Estado de Veracruz, Xalapa, Veracruz: Gobierno del Estado de Veracruz, pp. 148–150.
  6. Licona-Vera Y, Ornelas JF (2014) PLoS ONE 9: e101870 http://www.plosone.org/article/info%3Adoi%2F10.1371%2Fjournal.pone.0101870

 

Videos

  1. http://www.plosone.org/article/info%3Adoi%2F10.1371%2Fjournal.pone.0101870
  2. http://www.youtube.com/watch?v=-I97_I8KTxQ

 

Créditos fotos

Orlando Lam, Gerardo Sánchez Vigil y Yuyini Licona