Plantas invasoras: la nueva amenaza

Por Klaus Mehltreter

En México se pierden anualmente 1.5 millones de hectáreas de bosques y selvas por la tala de árboles e incendios. Para recuperar algunos de estos bosques se establecen áreas protegidas y se invierte en proyectos de reforestación y restauración. Sin embargo, una vez que han sido eliminado los bosques y transformados en pastizales o acahuales, hay muchas dificultades para recuperar y restaurar la vegetación a su estado original. Una de las razones que dificulta la restauración de bosques son las plantas invasoras – la nueva amenaza.

 

Plantas invasoras son plantas pioneras de rápido crecimiento que aprovechan la mayor cantidad de luz y la ausencia de árboles que les hagan competencia, para colonizar rápidamente el suelo descubierto. Una vez establecidas en su nuevo lugar, inhiben la germinación de semillas y el desarrollo de nuevas plántulas de árboles. De esta manera las plantas invasoras pueden dominar la vegetación de un área por décadas o siglos sin que se restablezca un bosque.

¿Por qué se nos presenta ahora esta nueva amenaza de las plantas invasoras y por qué no tuvimos este mismo problema anteriormente? Primero, la extensión de áreas boscosas que se talan o queman y de pastizales que se abandonan ha aumentado enormemente, sea por las necesidades de la gente para sacar leña y madera o sea por la baja rentabilidad de la ganadería extensiva. Una mayor extensión de estas áreas perturbadas, quemadas o abandonadas facilita el establecimiento de especies invasoras como por ejemplo de la pesma, una especie de helecho nativo de México. Esta especie suprime a cualquier otra vegetación inhibiendo la germinación de plántulas de árboles. Además es tóxica para los animales que la consumen, causándoles diarrea y cáncer. Lo peor es que las sustancias tóxicas pueden pasarse a la leche y a los productos lácticos provenientes de estos animales. Una vez establecido en un terreno es muy difícil la eliminación de la pesma. El corte de sus hojas es insuficiente porque la planta cuenta con tallos rastreros subterráneos de cuales puede rebrotar. Una erradicación mecánica de los tallos solo los rompe en pedazos y de cada pedazo remanente puede recuperarse una nueva planta. En el Instituto de Ecología, A. C. se busca un control eficiente de la pesma con una combinación de cortes repetidas y sombra artificial o con árboles plantados para agotarle a la pesma el suministro de almidón de sus tallos subterráneos y para disminuirle el suministro de luz a sus hojas.

La segunda razón por cual hay cada vez más plantas invasoras es la introducción de especies exóticas a México de manera intencional como plantas ornamentales o de manera involuntaria como por ejemplo entre semillas de siembra de algún cultivo como maíz o arroz. Una vez sembrado el cultivo, también germinan las semillas de la planta invasora, prosperan en el campo de cultivo y producen más semillas que se dispersan y colonizan los alrededores del campo de cultivo y otros ambientes naturales. Una vez que las plantas exóticas ornamentales se escapan de los jardines y las plantas introducidas se dispersan más allá de los campos de cultivo, se dice que se “naturalizaron”. Se hicieron un componente más de la vegetación mexicana.

¿Por que prosperan las plantas exóticas mejor fuera de su área de origen? En realidad solo un pequeño porcentaje de las especies exóticas que llegan a México se hacen invasoras. La mayoría de las plantas exóticas no causa mayor problema y no se escapa de los jardines o campos de cultivo en cuales fueron sembrados. Sin embargo, algunas de las especies exóticas con un gran potencial de reproducción prosperan mucho mejor fuera de su área de origen. Esto ocurre especialmente cuando la planta invasora encuentra un “nicho libre”, un tipo de hábitat que no fue explotado por una planta nativa. Esto parece ser el caso de Lygodium microphyllum, un helecho trepador de Australia que se naturalizó en Los Everglades de Florida, EE. UU. Allí, esta especie australiana parece no tener ninguna competencia y sube vigorosamente a los árboles. Aunque el helecho trepador no mata a los árboles, los conecta y pasa el fuego durante incendios, anulando los esfuerzos de los guarda parques para establecer cortafuegos entre isletas de árboles. Otra razón por cual el helecho trepador es tan exitoso en Florida, es la ausencia de sus enemigos y enfermedades naturales de Australia. Como métodos mecánicos y químicos fueron ineficientes para controlar al helecho trepador, ahora se busca un control biológico, que consiste en la importación de algún insecto u hongo australiano que le dañe notablemente y les quita la ventaja competitiva sobre las plantas nativas. Sin
embargo, este tipo de control biológico conlleva sus riesgos. Se requieren investigaciones muy detalladas para garantizar que el organismo de control solo afecte al helecho trepador y que no cause nuevos problemas y daños ambientales que perjudican a otras especies nativas. En México hay dos especies nativas del helecho trepador. Si el insecto o el hongo que se pretende utilizar como control biológico en Florida, se dispersará a México, podrían causar la extinción de estas especies inofensivas y afectar otras de las más de mil especies de helechos de México.

Foto 1: En Sudáfrica otra subespecie de pesma cubre de hojas más cortas domina un pastizal.

Foto 2: Pesma tiene hojas de 1-4 m de largo

Foto 3: Helecho trepador nativo de México. Esta especie no es invasora, pero puede ser afectada por insectos y hongos que se utilizan para controlar otras especies de helechos trepadoras.